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La espalda del niño

LA ESPALDA DEL NIÑO

 La espalda soporta el peso del cuerpo, permite que los miembros superiores lleguen a todas partes y además pensamos que se sobrecarga por las mochilas, el deporte, las posturas, los deberes...

¿Qué nos preocupa de la espalda de nuestro hijo?

 El dolor. Los niños también sufren de sobrecargas musculares, golpes, así como de dolor asociado a crecimiento.

  • Las posturas. ¿Qué padre no ha no ha observado que la postura de su hijo le iba a

acarrear algún problema? Pasan cada vez más tiempo sentados, y hacen menos deporte. No siempre la mala postura es culpa de la espalda

  • Las mochilas. A medida que pasan de curso, los niños tienen que acarrear cada vez más peso en sus mochilas.
  • La “escoliosis”. Un hombro más alto que otro, una pierna más larga que otra, diferencia de altura en las “caderas” … No todo es escoliosis, pero nos curva la espalda.

 

Lo que está pasando

  • Los “estirones”. En esos periodos, el niño puede tener dolor porque sus músculos no alcanzan su longitud a la vez que el hueso, y están más tensos. Es el dolor al final del día, difuso, que le despierta por la noche.
  • Las curvas normales. Vista de frente, al espalda debe ser completamente recta, y todo a ambos lados (hombros, omóplatos, cintura) debe ser simétrico. Vista de lado, tenemos tres curvas normales: una cervical, convexa hacia delante; una dorsal o torácica, convexa hacia detrás, como una chepa (¡casi siempre normal!); y una lumbar, también convexa hacia delante. Quien mantiene esas curvas equilibradas son los músculos de la espalda, por detrás, y los músculos abdominales, por delante.
  • Las alteraciones posturales. Vistos de lado, cuando estamos sentados mucho rato, se nos curva la espalda hacia delante, aflojándose los músculos abdominales, y dándose de sí los músculos de la espalda. De pie, esa misma musculatura algo más floja, junto con la elasticidad de los niños, hace que parezcan “cheposos”. Por otro lado, la espalda también se adapta a lo que pasa por debajo de ella; una pierna más larga que otra, o una contractura muscular, hace que todas esas vértebras se curven para mantener el centro de gravedad en el sitio apropiado.
  • ¿Qué es la escoliosis? La escoliosis “de verdad” es una deformidad de la propia vértebra que no sólo se curva, sino que además se retuerce, arrastrando a todas las estructuras que están ancladas a ella. Es progresiva y puede aumentar mientras el niño tenga probabilidad de crecer. No se cura, pero tampoco produce dolor. Y sólo es peligrosa para la salud cuando esa curva “retorcida” alcanza los 40º. Una vez que el niño ha dejado de crecer, el riesgo de que la curva siga aumentando es prácticamente nulo. Las malas posturas, la diferencia de longitud de las piernas, las mochilas o el dolor no la causan, no suelen tener tanta fuerza como la vértebra, que es donde está verdaderamente el problema.

 

Lo que podemos hacer

 La corrección de las posturas. Es importante entonces que el niño procure mantenerse erguido, o que cambie de postura cada poco tiempo. Hacer abdominales, aunque no nos guste, favorece el equilibrio y la postura correcta.

  • Las mochilas. Hay múltiples iniciativas para reducir el peso de los libros, o el material que el niño tiene que acarrear. Los carritos, realmente, alejan ese peso y lo colocan sólo a un lado, con lo que se producen curvaturas y contracturas. La mochila debe llevarse sujeta de ambos hombros, y con el peso más importante lo más cerca de la espalda.
  • Los corsés. O las fajas lumbares o dorsales. No sólo no pueden controlar una escoliosis de verdad la mayor parte de las veces (no tienen tanta fuerza como el hueso), sino que además no permiten que se desarrolle la musculatura. Sólo se necesitan en unos pocos casos, siempre bajo indicación del especialista.
  • El deporte. Nos mantiene la musculatura con el tono y la fuerza adecuadas, para que pueda hacer y soportar todo lo que le pedimos que haga. ¿Qué deporte es bueno? Cualquiera, pero para mejorar la espalda: la natación, el pilates o el yoga. Cada vez hay más gimnasios y colegios que ofrecen este servicio para menores de edad.
  • Importancia del calentamiento y del estiramiento.- Los músculos que están en crecimiento necesitan estar en las mejores condiciones en el momento del ejercicio intenso. Son muchos los profesores de educación física que ya incorporan estas prácticas a su trabajo con los niños, pero se debe insistir en ello, e incluso realizar ejercicios de estiramiento en casa.

 

Consulte a su especialista si el niño...

Tiene dolor que no cede

Tiene la musculatura demasiado débil o contracturada

Tiene una curvatura en la espalda que no se corrige con las posturas

Tiene una pierna más larga de la otra, y eso le da problemas de espalda.

¡Cualquier motivo que le preocupe!

nuriaok